Su médico confirmará un diagnóstico de FA y puede usar una variedad de pruebas, que probablemente incluirán una prueba de electrocardiograma (o ECG), que mide la actividad eléctrica de su corazón para mostrar si hay alguna irregularidad. Un ECG registra el ritmo y la actividad del corazón en una tira de papel en movimiento o una línea en una pantalla.
La detección y el tratamiento tempranos de la FA pueden ayudar a evitar complicaciones más graves, como los accidentes cerebrovasculares.1